En este mundo de la teoría de la elección de William Glasser, que vivimos día a día en el campus del Colegio Rochester, hay un axioma que destaca por su claridad y profundidad: “todo comportamiento total es designado por verbos”. Este principio nos ofrece una perspectiva única sobre cómo nuestras acciones, pensamientos, emociones y respuestas fisiológicas se entrelazan y se manifiestan a través del lenguaje.
Una Explicación al Significado Oculto en los Verbos
Cada verbo que utilizamos para describir un comportamiento lleva consigo una carga de significado que va más allá de la acción que representa. Según Glasser, los verbos no solo describen lo que hacemos, sino que también reflejan el componente más destacado de nuestra experiencia total. Este enfoque nos permite ver cómo un simple verbo puede encapsular una rica combinación de pensamientos, emociones y respuestas físicas.
Por ejemplo, si alguien “se enoja” en una discusión, el verbo “enojarse” captura más que el acto de manifestar enojo; también revela una lucha emocional interna y un proceso cognitivo que ha llevado a ese estado. De manera similar, si alguien “resiste” una tarea, el verbo “resistir” pone de manifiesto no solo la acción de evitar, sino también el estado emocional y mental que impulsa esa resistencia.
El Impacto del Lenguaje en la Percepción del Comportamiento
El axioma de Glasser destaca la influencia del lenguaje en nuestra percepción del comportamiento. Al elegir verbos específicos para describir nuestras acciones, estamos enfocando la atención en ciertos aspectos de nuestra experiencia y, a veces, minimizando otros. Por ejemplo, utilizar el verbo “colaborar” en lugar de “pelear” en una descripción de una interacción grupal cambia radicalmente la percepción del evento, subrayando la cooperación en lugar del conflicto.
Aplicaciones Prácticas en Diversos Contextos
Este entendimiento del papel de los verbos puede ser valioso en muchos ámbitos. En el contexto educativo, los maestros pueden usar esta perspectiva para interpretar mejor las acciones y motivaciones de los estudiantes. Si un estudiante “evita” tareas, el verbo “evitar” sugiere no solo una acción, sino también una posible barrera emocional o cognitiva que necesita ser abordada.
En el entorno profesional, los líderes y gestores pueden emplear este enfoque para mejorar la comunicación y la dinámica de equipo. Al reconocer qué componente del comportamiento es más prominente, pueden ajustar sus estrategias para resolver conflictos, motivar a los empleados o fomentar un ambiente de trabajo más armonioso.
En conclusión, los verbos que elegimos no solo describen acciones, sino que también revelan aspectos fundamentales de nuestros pensamientos, sentimientos y respuestas físicas. Al adoptar una perspectiva que considera la totalidad del comportamiento, podemos mejorar nuestra comunicación y comprensión, y fomentar un mayor bienestar en nuestras interacciones diarias con nosotros mismos y nuestro entorno.
En el Colegio Rochester, aplicamos este axioma “Todo comportamiento total es designado por verbos” en nuestra metodología educativa y en la interacción diaria con nuestros estudiantes. Utilizamos esta perspectiva para fomentar una comunicación clara y empática, enfocándonos en los verbos que describen las acciones y emociones predominantes de nuestros alumnos. Esto no solo nos ayuda a entender mejor sus experiencias y necesidades, sino que también les enseña a ser conscientes de cómo sus comportamientos reflejan sus pensamientos y sentimientos. Al integrar este enfoque en nuestra cultura escolar, promovemos un ambiente de aprendizaje que valora la totalidad del comportamiento y apoya el desarrollo integral de cada estudiante.
Sandra Borrero Ortiz
Marketing Coordinator
Rochester College
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